El enfrentamiento entre Carlos Alcaraz y Jannik Sinner no era un simple partido de una segunda ronda de Máster 1000. Primero porque el italiano quería seguir sumando puntos para clasificarse para las ATP Finals, una competición que alberga a los ocho mejores jugadores de la temporada. El español por su parte buscaba acumular triunfos con el objetivo de poder convertirse en uno de los treinta y dos cabezas de serie del próximo Open Australia, algo que tenía a tan solo tres posiciones de distancia y que le otorgaría una ventaja adicional en el primer Grand Slam del año.

Pero además de los intereses puramente personales, hoy hemos podido ser testigos del inicio de una rivalidad que tiene pinta que estará muy presente en los próximos años del circuito. Porque estos dos adolescentes de tan solo 18 y 20 primaveras respectivamente, están demostrando que el potencial que se esperaba de ellos no se ha quedado atrás.

Con estos alicientes se presentaba un interesante choque que la organización del torneo colocó en una pista pequeña en lugar de hacerlo en la central, decisión que nadie comprendió.

Alcaraz pasó el examen con nota

La tensión y los nervios fueron los protagonistas de los primeros compases. Tanto Sinner como Alcaraz empezaron muy inconsistentes con su saque, lo que provocó que los restos se impusieran en los dos primeros juegos.

A partir de ese empate a uno inicial el encuentro empezó a subir de nivel. Poco a poco se empezó a presenciar un ritmo vertiginoso con el que cada jugador trataba de desbordar a su oponente haciendo gala de una tremenda intensidad. Y aunque el palmareño gozó de bolas de break y el italiano también amenazó con otra rotura, el buen hacer de los sacadores mantuvo la igualdad en el marcador.

Tras el 2-2 ambos empezaron a subir porcentajes con el primer servicio, lo que originó un equilibrio con el que llegamos al tie break. En dicho desempate Carlos exhibió una claridad de ideas y espectacular juego de fondo que terminó por apabullar al de San Cándido.

Este triunfo parcial manifestaba de nuevo la capacidad que posee el murciano para sacar su mejor tenis en momentos en los que los pequeños detalles suponen la diferencia entre ganar o perder el set.

Alguien podía pensar que el número nueve del mundo es el típico joven que después de tan doloroso desenlace iba a quedar tocado anímicamente. Por suerte los que opinan así no le han visto mucho, porque su gran rendimiento en el juego posterior disiparía todas las dudas.

Por supuesto Carlos no solo aceptaría este reto, sino que, hasta en dos ocasiones, volvería a amenazar el servicio del transalpino. Esta reacción no surgiría ningún efecto, ya que el jugador entrenado por Riccardo Piatti lograría recuperar la ventaja y prolongar la igualdad.

Durante el inicio del parcial el pupilo de Ferrero lograba solventar sus turnos de saque sin dificultades para centrarse en intentar rascar algo al resto, pero todo cambiaría en el octavo juego. Esta vez fue Jannik quien pudo poner en aprietos al saque rival, situación que el del Palmar fue capaz de aguantar.

Veterano con cara de niño

Llegaba la hora de la verdad, momentos en los que los nervios, la tensión y la emoción se mezclan en una amalgama de sensaciones que pocos saben contener. Esto no iba a ser ningún impedimento para el joven murciano, que nuevamente demostró que su madurez es mucho mayor que la edad que aparece en su DNI.

El italiano estaba cometiendo bastantes más errores que él durante toda la tarde, algo que se acentuaría en el undécimo juego, cuando un inmenso Alcaraz supo alargar los puntos para que fuera Sinner el que se precipitara motivado por la presión que ejercía este al resto. Ya solo faltaba lo más difícil: cerrar el partido. Finalmente la tremenda potencia de la perla del tenis español fue definitiva para sellar su pase a la siguiente ronda.

De esta forma Carlos obtiene su tercera victoria ante jugadores ubicados en el top 10, tras hacer lo propio frente a Tsisipas en el US Open y frente a Berretini en el pasado ATP 500 de Viena. Además alcanza por primera vez en su carrera los octavos de final de un Máster 1000, siendo tan solo su quinta participación en un evento de dicha categoría.

Si quiere seguir avanzando en París tendrá que vencer al francés Hugo Gaston, verdugo del asturiano Pablo Carreño. El encuentro comenzará alrededor de las 21:00 y se podrá visualizar a través del canal #Vamos de Movistar (diales 8 y 45).