Salir a correr es una de las actividades al aire libre más practicadas, pero en los días más calurosos del verano hacer ejercicio al sol puede tener consecuencias perjudiciales. Los expertos de Tiempo & Radar te explican cuál es la mejor hora para salir a entrenar, cuándo disminuyen los niveles de polen y otras informaciones importantes.
Evitar el calor sofocante por la tarde
Las altas temperaturas pueden influir en nuestro entrenamiento y en nuestro sistema cardiovascular. Por eso tenemos que escoger muy bien a qué hora salimos a correr. Leyre Vázquez de Prada, jefa de producto en Tiempo & Radar, indica: “El momento más caluroso del día no es la hora de comer, como mucha gente piensa, sino a media tarde. Aunque en verano el sol alcanza su punto más alto sobre la una y media, las temperaturas más altas no llegan hasta las cinco o las seis de la tarde”. Esto es así porque la radiación solar calienta primero el suelo, que provoca un aumento paulatino de la temperatura del aire. Para cuidar su flujo sanguíneo, los corredores deben evitar salir por la tarde. Nuestros expertos indican que, para esquivar el calor, tenemos que correr en las primeras horas de la mañana. “Casi siempre registramos la temperatura más baja del día por la mañana, poco después del amanecer”, afirma Leyre.
Darle esquinazo al polen
Los deportistas huyen del polen, pero aun así tienen ganas de respirar aire fresco en verano. El consejo de los expertos de Tiempo & Radar: los alérgicos tienen que consultar los niveles de polen para así evitar condicionar su propio cuerpo. En general, podemos afirmar que los niveles de polen disminuyen por la mañana en las ciudades y por las tardes en el campo.
Hidratarse bien
Sea por la mañana o por la tarde, en verano es especialmente importante beber mucha agua para equilibrar la temperatura corporal. El sudor derivado de la actividad física hace que perdamos mucha agua. Lo ideal es que los atletas beban antes de empezar a correr y mientras están corriendo. Se recomienda el agua rica en sodio y los zumos de frutas, pues proporcionan energía rápida antes y después de entrenar..
Escuchar a nuestro cuerpo
La ropa de deporte que pesa poco ayuda a absorber el sudor y por tanto evita que aumente la temperatura corporal. Si la acompañamos de una gorra, estaremos más protegidos de las insolaciones. No olvides que tu cuerpo es el mejor entrenador: escucha sus señales y reduce el ritmo cuando te lo pida.
Prevenir problemas circulatorios
Darse una ducha fría después de entrenar puede ser muy tentador.. No obstante, es aconsejable esperar al menos 15 minutos tras la alta transpiración para prevenir problemas circulatorios o mareos.