La mujer de Ramón Gaya, Isabel Verdejo, vuelve una vez más a dar muestras de su indiscutible generosidad para con la ciudad de Murcia. Se hace efectiva una nueva donación de once destacadas obras de Ramón Gaya que pasarán a formar parte de su museo homónimo.

Once nuevas obras que enriquecerán notablemente el Museo que la ciudad de Murcia decidió consagrar hace treinta y dos años a su pintor más internacional, primer Premio Velázquez de la historia y alguien que ha llevado a Murcia allá donde el destino le llevó en una larga y complicada vida.

Las obras donadas son de gran calidad, algunas de las que el pintor no quiso desprenderse en vida por saberlas muy acertadas dentro del conjunto de su producción.

¿Cuáles son las obras que pasan a formar parte del patrimonio de la ciudad?

'La mano del Papa Doria', un gouache sobre papel de 1999, nos muestra un fragmento del pontífice. Acudiendo a Gaya encontramos la justificación: «En un retrato de medio cuerpo [...] pintado por Tiziano, o por Rembrandt, o por Velázquez, la figura no termina nunca en el límite del marco, sino que la sentimos como un ser completo».

'Retrato de Alicia' se trata de un óleo sobre lienzo de 1953 y una obra de vital importancia y trascendencia para el discurso narrativo que persigue el Museo. Se trata de la hija del pintor, fruto de su matrimonio con Fe Sanz, muerta en plena Guerra Civil. Ramón se tuvo que separar dolorosamente de su hija, marchando éste al exilio mexicano mientras que Alicia residiría en Portugal. Ramón y Alicia no se reencontraron hasta 13 años después, momento en el que le hace este retrato.

'La Venecia de Turner', un gouache sobre papel de 1992, nos habla de dos de las grande pasiones del pintor, la ciudad que le cambió y marcó un antes y un después en su vida (y que le hizo pintar y escribir páginas memorables) y el pintor inglés.

'De Tiziano (la coronación de espinas)'. Un gouache sobre papel de 1990. Gaya escribía sobre Tizano: «Es cierto que, después de Tiziano, toda la pintura parece moverse bajo su sombra».

'Homenaje a Seurat con peras'. Un gouache sobre papel de 1994. En las diferentes visitas a exposiciones impresionistas, Ramón Gaya solía 'salvar' a Seurat. En enero de 1953 lo encontramos en L’Orangerie (Museo de pinturas impresionistas y postimpresionistas situada en el Jardín de las Tullerías, París) y anota en su diario: <>.

'De Tiziano. Entierro de Cristo’. Un gouache sobre papel de 1998. Nuevamente otro homenaje a ‘el primer pintor moderno’.

'Solana y Fattori'. Un gouache sobre papel de 1992. De nuevo la importancia de ‘caminar’ bajo la tutela de grandes ejemplos en la pintura como estos dos que homenajea Gaya.

'Abanico y espejo'. Un gouache sobre papel de 1992. El interior doméstico como referencia y lugar de trabajo. Gaya jamás separó el estudio de su casa, algo que queda patente en obras como ésta.

'Japonés pornográfico'. Un gouache sobre papel de 1998. Un ‘divertimento’ o juego como los llamaba el pintor.

‘La jarra’. Un gouache sobre papel de 2003. Una de las últimas obras hechas en vida del pintor, ya muy mayor y con menos energía para poder pintar, aunque no menos ganas.

Por último está el soberbio retrato de la segunda mujer del pintor: 'Isabel Verdejo en Grabador Esteve'. Un óleo sobre lienzo de 1981. Esta obra de dimensiones considerables guarda la particularidad que Ramón Gaya se la regaló a la madre de Isabel Verdejo. Es un retrato magnífico donde hay también un guiño a ‘La Solana’ de Goya, un cuadro que está en el Museo del Louvre y que Gaya consideraba como lo mejor de la producción del artista aragonés.

Las obras se exponen en la Sala Velázquez y contaremos con la presencia de Isabel Verdejo. La inauguración será el martes 27 a las 12:30 h.