DATOS Y CITAS: Cortesía de Wikipedia.
A casi 1300 kilómetros al sureste de Lima, Perú, a orillas del Lago Titicaca, se encuentra un sitio que confunde a los visitantes de todo el mundo. Los chamanes visitan este lugar para realizar rituales y ofrecer oraciones a la pared de roca situado en la meseta, como lo hacen por generaciones. El sitio es conocido como la "Puerta de Hayu marca", o también como "La Puerta de los Dioses". Es desconcertante verlo: una puerta gigante, excavada en roca sólida. Parece de fácil acceso, pero no está en cualquier lugar.
El sitio se encuentra literalmente en medio de la nada, a más de 4.000 metros de altura, en donde en una enorme roca ha sido labrado un rectángulo gigante y, en la parte inferior, hay una hendidura que parece una especie de puerta. El descubridor de esta puerta, es un hombre que se llama José Luis Delgado Manan, este hombre es un guía de la zona, un guía turístico que vio varias veces la puerta y no le dio importancia, hasta que unas noches empezó a soñar con la puerta, y de la puerta podía ver cómo salía una fuerte energía azul ,que podía ver que entraban personas y salían, claramente eso le hizo acercarse a esa puerta y vio que había sido tallada, por lo que a partir de ahí llamo a los arqueólogos y se hizo la investigación.
Los nativos peruanos lo llaman la "puerta de los dioses". Pero ¿Por qué construir una puerta en la piedra que no lleva a ninguna parte?
Según la leyenda, un primer rey sacerdote cruzó el portal gracias a un objeto especial que desencadena la apertura transformando la piedra en una puerta estelar.
Cuenta la leyenda que en el momento en que los conquistadores españoles llegaron a Perú y saquearon el oro y las piedras preciosas de las tribus incas, un sacerdote inca del templo de los Siete Rayos llamado Amaru Meru (Aramu Muru) huyó de su templo sagrado con un disco de oro conocido como "la llave de los dioses de los siete rayos", y se ocultó en las montañas de Hayu Marca.
De algún modo llegó hasta la puerta que había sido cuidada por los sacerdotes chamanes. Les mostró la llave de los dioses y realizó un ritual que concluyó con un acontecimiento mágico iniciado por el disco de oro que abrió la puerta, y de acuerdo con la leyenda una luz azul emanaba de un túnel interno. El sacerdote Amaru Meru entregó el disco de oro a los chamanes y luego pasó a través del portal "para no ser visto de nuevo.