VIENE DE UN ARTÍCULO PREVIO.
Robert Bauval observo que hace 12.500 años las tres estrellas del cinturón de Orión coincidían en la vertical de las tres famosas pirámides de Egipto y además tienen la misma disposición.
Y al mismo tiempo la mirada de la esfinge coincidía con la estrella Regulus que es el corazón de la constelación de Leo, ¡La esfinge se miraba a sí misma en el cielo! Esta coincidencia estelar en estas dos construcciones inexplicables que estaban siendo construidas con una tecnología que tal vez este un millón de años por delante de nuestra tecnología actual no puede ser casual. Tenemos dos marcadores estelares que nos están diciendo cuando se construyeron las tres famosas pirámides y la esfinge, y no solo eso sino que nos están diciendo de qué constelación vinieron los verdaderos constructores. Y esto es aplicable a todo este tipo de construcciones enigmáticas. Por ejemplo Angkor Wat en Camboya; según Graham Hancock la disposición de los templos coincide con la constelación de Draco. Esta coincidencia tuvo lugar hace 12.500 años, eso nos está diciendo cuando se estaba construyendo Angkor Wat y de donde vinieron sus constructores, los cuales tienen unos rasgos raciales distintos de los rasgos sudamericanos.
Como todo este tipo de construcciones se estaban construyendo al mismo tiempo en todo el mundo, podemos decir que todas están datadas por las tres pirámides de Egipto junto con la esfinge.
Y desde luego Teotihuacán también lo está, por tanto la cronología que da la ciencia oficialista es inventada, para incorporar esas construcciones a la historia de su país. Pero en este caso podemos asegurar sin temor a equivocarnos que no quieren ver la cronología real, aunque la tienen delante de las cejas.
Ya que la disposición de las tres pirámides de Teotihuacán, tienen la misma disposición que las tres pirámides de Egipto y también la base de la pirámide del Sol es casi igual que la base de la gran pirámide. Esto es algo que la ciencia oficialista no menciona nunca y en lugar de mirar al cielo, mete la cabeza debajo de tierra para buscar cerámica y según ellos poder dar una datación. Ya que no quieren admitir que Teotihuacán fue construida por una civilización muy avanzada y no por los antiguos teotihuacanos, que no conocían ni la rueda, ni tenían escritura, ni conocimientos de arquitectura, ni tenían herramientas, ni motivos para construir eso y desde luego no tenían la más mínima posibilidad de construir esa enormidad. Sin entrar a considerar que los cerros y promontorios cercanos a Teotihuacán tienen una forma sospechosa y con toda seguridad albergan más construcciones como Teotihuacán.
Uno no puede dejar de preguntarse ¿Porque hacen esto? ¿Por qué no quieren ver la verdad? Porque ignorar un dato como la disposición de las pirámides a todas luces es no querer ver la verdad.
Bueno pues como ya se ha comentado en algún artículo; todos los arqueólogos, antropólogos e historiadores siguen la línea editorial de quien paga sus salarios. Luego está claro que detrás hay una entidad muy poderosa, con mucho dinero y mucha influencia que mueve los hilos y no quiere que se sepa la verdad, por ejemplo divulgando programas en las mejores cadenas de televisión y en las mejores franjas horarias. Esto ya se ha comentado en los capítulos de la montaña de Montserrat, que como sabemos está en Barcelona, donde se habla de esta entidad.
Y también como ya se ha comentado estas entidades oficialistas se guían por el llamado “naturalismo metodológico” que viene a decir que todo debe ser explicado por causas naturales y nunca por causas artificiales en las que pueda haber una inteligencia superior implicada.
O lo que es lo mismo: Teotihuacán y todo este tipo de construcciones enigmáticas y maravillosas que están por todo el mundo no las ha podido construir ninguna civilización muy avanzada venida de las estrellas, porque según la ciencia oficialista estamos solos en el universo.
Y la excusa de la oficialidad es que tratan supuestamente de adjudicar esas construcciones por todos los medios a las gentes de Méjico y por tanto a los antiguos teotihuacanos, y al país de Méjico. Y lo que están haciendo es precisamente ocultarnos quienes son nuestros verdaderos antepasados, a pesar que está representado en los muros de esos templos con meridiana claridad. Esto podemos comprobarlo al hacernos una vez más la pregunta ¿Quién está representado en los muros de esos templos? Y la respuesta es que están representados los verdaderos constructores, Como no puede ser de otra forma.
Y vemos que son tan humanos como nosotros, aunque tienen el doble de tamaño que nosotros y algunos de ellos tienen ese halo de santidad alrededor de la cabeza. Y también podemos ver que los rasgos raciales de los verdaderos constructores coinciden con los rasgos raciales de esa nación (en este caso Méjico) que está alrededor de esos templos. Y puesto que los habitantes de Méjico fueron creados por los verdaderos constructores a su imagen y semejanza, tanto en cuerpo como en alma, está claro que quienes construyeron esos templos fueron los antepasados de los actuales mejicanos, pero venidos de las estrellas.
También en los datos aportados se dice que: El declive de la ciudad ocurrió en el siglo VII, en un contexto marcado por inestabilidad El apogeo de la ciudad tuvo lugar durante el Periodo Clásico (ss. III-VII d. C.). En esa etapa, la ciudad fue un importante nodo comercial y político que llegó a tener una superficie de casi 21 km², con una población de 100 000 a 200 000 habitantes.
Veamos: ¿El apogeo de qué ciudad? Si eso fuese una ciudad la pirámide del Sol y las otras dos pirámides serían bloques de apartamentos con piscina. Pero son macizas y están rellenas de cascotes unidos por algún tipo de argamasa de color blanco. Sobre esto no hay muchos datos porque los arqueólogos oficialistas tienen secuestrada la posibilidad de que otras disciplinas independientes y mucho más preparadas que la simple arqueología puedan investigar eso.
Y sí; desde luego que esas construcciones fueron abandonadas, pero no en el siglo VII en un contexto marcado por la inestabilidad. Sino que fue abandonada hace 12.500 años por los verdaderos constructores de una forma repentina por las circunstancias mencionadas en el capítulo de “¿Por qué se fueron los Dioses?” Que está relacionado con la Atlántida.
También en los datos oficialistas se dice que: La influencia de Teotihuacán se dejó sentir por todos los rumbos de Mesoamérica, como muestran los descubrimientos en ciudades como Tikal y Monte Albán, entre otros sitios que tuvieron una importante relación con los teotihuacanos. Política, rebeliones internas y cambios climatológicos que causaron un colapso en el Norte de Mesoamérica. La mayor parte de la población de la ciudad se dispersó por diversas localidades en la cuenca de México.
Se desconoce cuál era la identidad étnica de los primeros habitantes de Teotihuacán. Entre los candidatos se encuentran los totonacos, los nahuas y los pueblos de idioma otomangue, particularmente los otomíes. Las hipótesis más recientes apuntan a que Teotihuacán fue una urbe cosmopolita en cuyo florecimiento se vieron involucrados grupos de diverso origen étnico, como muestran los descubrimientos en el barrio zapoteco de la ciudad y la presencia de objetos provenientes de otras regiones de Mesoamérica, sobre todo de la región del Golfo y del área maya.
Teotihuacán ha sido motivo de interés para las sociedades posteriores al declive de la cultura teotihuacana en Mesoamérica. Sus ruinas han sido exploradas desde la época prehispánica, entre otros, por los toltecas y los mexicas. El descubrimiento de objetos teotihuacanos en los yacimientos arqueológicos de Tula y el Templo Mayor de México-Tenochtitlan así lo confirma. En la mitología nahua posclásica, la ciudad aparece como el escenario de mitos fundamentales como la leyenda de los Soles de los mexicas.
Actualmente, los restos de Teotihuacán constituyen la zona de monumentos arqueológicos con mayor afluencia de turistas en México, por encima de Chichén Itzá, El Tajín y Monte Albán. Las excavaciones arqueológicas en Teotihuacán continúan hasta nuestros días, y han dado como resultado un paulatino incremento en la calidad y cantidad del conocimiento que se tiene sobre esta.
Teotihuacán fue fundada en una posición poco común en su época con respecto al patrón de asentamiento propio de la cuenca de México durante el Preclásico Medio.
La mayoría de los asentamientos de mayor envergadura en la región se localizaban en la ribera del sistema lacustre del Anáhuac o muy cerca de ella. Cuicuilco y Copilco en el sur; Ticomán, El Arbolillo, Zacatenco, y Tlatilco en el norte; y Tlapacoya en el oriente son ejemplo de ello. En contraste, Teotihuacán se levantó a quince kilómetros de la costa del lago de Texcoco, sobre el río San Juan en el valle que ha tomado el nombre de la ciudad. Duverger afirma que la ubicación de Teotihuacán corresponde no solo a una frontera ecológica, sino a la frontera entre la civilización agrícola mesoamericana y el mundo cultural de los pueblos aridoamericanos nómadas.16
Veamos: Estos últimos datos son mucho más extensos y podrían salirse de la pantalla y llegar hasta el suelo, pero he querido ser clemente con los lectores y poner unos pocos con la sola intención una vez más, de que los lectores perciban que es imposible que estos datos puedan ser ciertos. Tanto por la extensión y por los detalles, como porque no hay escritura en Teotihuacán (apenas alguna imagen o símbolo) y por tanto se trata de una hipótesis, tal como reconocen los historiadores ortodoxos. Pero si ellos mismos admiten que solo tienen hipótesis ¿Por qué no están abiertos a otras hipótesis que se apoyan en datos y pruebas tangibles?
Rafael Alfonso Alfaro García