La banda sevillana muestra su visión del amor en una amable y cálida canción en la que ya se anticipa un nuevo sonido y giro de estilo de cara al próximo disco en el que ya se encuentran trabajando.
Con este nuevo tema, el conjunto de La Macarena se refresca en forma y estilo, navegando del 'slacker rock' a Ketama y haciendo una pequeña escala en el 'reggae': guitarras que se derriten sobre una base rítmica sencilla y juguetona al más puro estilo Khruangbin o Tommy Guerrero, todo bien sellado con unas voces enérgicas y luminosas que bien pueden recordarnos a Ray Heredia.
También renuevan temática, ya que es la primera vez que los Vera Fauna escriben una canción de amor didicada a una persona. “Le hemos escrito a nuestros barrios, a algún que otro sentimiento sobre el que merece la pena detenerse, pero nunca a lo que es estar con las pupilas gigantes pensando en ver a alguien a la que se tenga oportunidad”, reconoce la banda sevillana.
Escucha "Voy Temblando"
El propio grupo explica: “‘Voy Temblando’ habla del comienzo del amor cuando encuentras a alguien con quien te acoplas bien, y aparece esa sensación de ir somnoliento, con ojeras kilométricas y hecho un trapo por la calle, pero feliz.” Y es que con ésta canción los sevillanos diseccionan cómo les gusta querer, desde el calor inmediato y la ternura, pero sin obviar el millón de sensaciones por segundo por las que ha pasado alguien que se acaba de enamorar.
‘Voy Temblando’ también supone una mayor participación vocal de sus integrantes, dirección que va cogiendo el grupo y que cada vez está más asentada. Ellos mismos reconocen que quieren que haya diálogo, reparto en las voces y partes en las que cante el mayor número de personas posible. “Componemos de un modo muy comunitario y consensuado, y es hora de que se vea también en las interpretaciones de los temas”, comentan sobre sus procesos creativos.
El lado más enamoradizo y vulnerable de Vera Fauna se muestra en ‘Voy Temblando’, sin que su desparpajo y dinamismo sonoro se altere. Pillados sí, empalagosos nunca.
