El Premio, dotado con 7.000 €, la edición de la obra ganadora y medalla conmemorativa, se otorgará en un acto de formato mixto —presencial y online— desde la Universidad Técnica Particular de Loja (Ecuador), Madrid y Roma, el lunes 14 de diciembre, a las 11 horas de Loja y 17 horas de Madrid y Roma. A 278 asciende este año el número de poemarios que se han presentado al Premio Mundial Fernando Rielo de Poesía Mística, procedentes de 28 países.
Los momentos de crisis, y no es pequeño el que estamos atravesando mundialmente, tienen como virtud el desarrollo de la creatividad, como estamos apreciando en el notable incremento de participantes respecto a la anterior edición. Fernando Rielo, con el objetivo de descubrir y promover a los poetas que unen en su obra su experiencia mística y una alta calidad literaria. Este Premio comenzó su andadura el 8 de diciembre de 1981 en el salón de actos del Ateneo de Madrid, y en estos cuarenta años de existencia, ha aquirido un prestigio, que le ha permitido ser otorgado en sedes tan importantes como la ONU; la UNESCO; el Senado de Francia; los Ayuntamientos de Roma, Colonia y Madrid; el Museo del Prado en Madrid; el Consejo Provincial de Bolonia (Italia); la Academia de España, y la Embajada de España ante la Santa Sede en Roma, el Aula Magna de la Universidad Pontificia de Salamanca.
En varias de sus ediciones hemos tenido la colaboración de la Universidad Técnica Particular de Loja, como sucede este año. Contamos con un Comité de Honor, integrado por miembros de las Academias de la Lengua, de Historia, Rectores de Universidad, y poetas.
Podemos citar etre ellos a los académicos: Francisco Brines (Premio Cervantes 2020), Gregorio Salvador, Luis María Anson, Darío Villanueva, Luis Alberto de Cuenca y a los poetas Andrés Sánchez Robayna y Jaime Siles. Aunque este año la pandemia nos obliga a cambiar el formato presencial del acto de entrega del Premio, esperamos en contrapartida que el aliento de la poesía mística pueda llegar a mayor número de personas en todo el mundo, porque es siempre una riqueza para el espíritu, tan necesitado en estos difíciles momentos que estamos viviendo.