Hace ya casi un año, en octubre de 2023, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, declaró oficialmente la guerra contra Hamás y otros grupos armados palestinos de la Franja de Gaza, con la excusa de responder a una acción armada de Hamás en territorio ocupado por los hebreos. La ofensiva israelí, a partir de este momento, ha sido de una contundencia y una brutalidad inusitadas: bombardeos masivos seguidos de la invasión del ejército, junto con otras medidas, como la orden de evacuar el norte de la Franja, o el bloqueo y un asedio completo sobre Gaza, que impide, desde entonces, el suministro de electricidad, combustible y alimentos, lo que ha provocado una crisis humanitaria sin precedentes que afecta a más de 2 millones de palestinos atrapados en este territorio.
En Podemos-Cieza lo tienen claro: los ataques implacables de Israel en la Franja de Gaza a lo largo de todos estos meses "tienen un alcance genocida, conculcan las normas del derecho internacional y repugnan a los más elementales sentimientos de humanidad". Por eso, en palabras de la portavoz del círculo morado María Jesús Fernández, "condenamos desde su inicio una política militar que siembra el horror y la destrucción entre la población civil gazatí y que es contemplada con espanto por el mundo entero".
Desde luego, la enérgica condena de esta guerra inhumana "no implica una justificación de los atentados de octubre de 2023, sino reconocer la evidencia de que estamos ante una respuesta militar desproporcionada e inhumana, de una crueldad sin precedentes, con ataques dirigidos contra hospitales, campamentos de refugiados, mercados y muchas otras instalaciones de vital importancia para la población". La privación deliberada de alimentos, agua, atención médica y ayuda humanitaria por parte de Israel "pone en peligro la vida de todas las personas atrapadas en Gaza y constituye un crimen de guerra más allá de toda duda razonable".
Por eso, en palabras de María Jesús Fernández, "es preciso reiterar la condena sin matices de la política genocida de Netanyahu y de su ejército en la Franja, no podemos callar ni desconocer sus actos atroces". Pero es igualmente necesario "mostrar nuestra repulsa ante el silencio cómplice de los gobiernos occidentales, que, a lo sumo, lamentan la muerte de civiles y piden contención a Israel, pero no quieren, o no se atreven, a tomar medidas efectivas contra un gobierno que es culpable a todas luces pero que también es su aliado". No cabe olvidar que si Estados Unidos y Europa dejasen de respaldar, por acción o por omisión, a Israel, "el conflicto de Gaza tendría los días contados".
Por otra parte, la prolongación temporal de la guerra en Gaza "acentúa las tensiones geopolíticas en el polvorín de oriente medio y nos sitúa en un escenario de riesgo cierto de guerra generalizada", como ha quedado claro con los incidentes militares entre Israel, Líbano e Irán o con los asesinatos, en territorio iraní, de dirigentes de Hamás y de Hezbollah por parte de agentes de los servicios secretos hebreos.
En definitiva, "casi 40000 personas han muerto en Gaza desde octubre y casi 100000 son los heridos contabilizados; esto tiene que parar ya, y los responsables directos deberán ser juzgados por la Corte Penal Internacional".