El coordinador de IU-Verdes de Cieza, Antonio Penalva, destaca que, al mismo tiempo que protestan por los impuestos, las grandes petroleras hacen gala del reparto de dividendos que acompaña a sus beneficios astronómicos. Las ganancias de las grandes compañías ascendieron en 2022 a 211.096 millones de euros, casi el presupuesto de la Seguridad Social española para este ejercicio.
Tras conocer que las grandes petroleras Shell, Exxon, Chevron, Total, BP, ConocoPhillips y Equinor ganaron 211.096 millones de euros en 2022, equivalente al presupuesto de la Seguridad Social española, el coordinador de IU-Verdes de Cieza, Antonio Penalva, ha calificado de "obscenos" estos extraordinarios beneficios que destinan a llenar los bolsillos de sus ejecutivos y accionistas a costa de los ciudadanos.
Penalva ha precisado que en total, los beneficios de estos siete gigantes del petróleo sumaron 226.340 millones de dólares, unos 211.096 millones de euros, en 2022, una cifra astronómica que equivale al Producto Interior Bruto (PIB) de los 54 países más pobres del planeta. Según los registros que publica el Banco Mundial, las economías de esas 54 naciones valían en 2021 un total de 212.067 millones de euros. Entre ellas se encuentran Somalia, Bután, Sierra Leona, Kosovo, Mauritania, Chad o Guinea Ecuatorial.
Para el dirigente de IU-Verdes la guerra de Ucrania, que ha provocado una crisis energética sin parangón desde las del petróleo en los años 70, explica el maná que ha llenado las cuentas de las petroleras. Se han disparado los márgenes del refino hasta niveles de récord, como resultado de una caída de la capacidad de la industria, la primera en más de 30 años, que ha coincidido con el rebote de la demanda tras la pandemia y el descenso de las exportaciones desde Rusia y China.
Mientras esto ocurre, en Europa y Estados Unidos, los precios desbocados de la energía han disparado la inflación tras poner por las nubes los bienes de consumo. Los presupuestos familiares se resienten, sobre todo los de menor renta, que dedican un porcentaje mayor de sus ingresos a pagar los recibos y los alimentos. A su vez, los gobiernos, al menos en los países más desarrollados, se han apresurado a compensar a los ciudadanos por la erosión que sufren sus bolsillos.
El escándalo por estos enormes beneficios es tal que el propio gobierno de Joe Biden ha declarado que "los últimos informes de resultados dejan claro que las petroleras tienen todo lo que necesitan, incluidos beneficios récord y miles de permisos no utilizados pero aprobados, para aumentar la producción, pero en lugar de ello optan por destinar esos beneficios a llenar los bolsillos de sus ejecutivos y accionistas mientras los republicanos de la Cámara de Representantes fabrican excusa tras excusa para protegerlas de cualquier responsabilidad".
Por su parte, la Unión Europea desde diciembre aplica a petroleras, gasistas y refinerías un impuesto extraordinario del 33% sobre los beneficios que superen el 20% de la media de los últimos cuatro ejercicios. Por esa "contribución solidaria" y los límites impuestos al precio de las renovables, Bruselas prevé recaudar 140.000 millones de euros.
En España, el impuesto a las energéticas gravará este año y el próximo con un 1,2% la cifra de negocio de las empresas cuya facturación supere los 1.000 millones de euros.
Penalva ha concluido denunciando que mientras protestan por los impuestos, las grandes petroleras hacen gala del reparto de dividendos que acompaña a sus beneficios astronómicos.