Antonio Penalva, coordinador de IU-Verdes de Cieza, defiende que es mucho más seguro el sistema público de pensiones porque así la pensión solo va a depender de la solidez y estabilidad de un Estado.
IU-Verdes de Cieza se ha hecho eco del último informe publicado por una serie de investigadores independientes que lleva años estudiando los fondos privados de pensiones que revela que la rentabilidad media de los 408 fondos de pensiones españoles con más de 15 años de historia es menos de la mitad de la rentabilidad que ofrece el bono del Estado español a ese mismo plazo.
Al respecto, el coordinador de IU-Verdes de Cieza, Antonio Penalva, se ha referido a un reciente artículo publicado por el profesor de Economía de UCM, Eduardo Garzón, quien sostiene que si una persona quiere tener un complemento a su pensión pública cuando se jubile, es mucho mejor que invierta su dinero en deuda pública española a que lo invierta en fondos privados de pensiones, aun teniendo en cuenta que comprar bonos públicos es considerada la inversión financiera menos rentable (y más segura) de todas las que se pueden hacer.
Además, Penalva ha destacado que el citado estudio revela que hay 20 fondos que tuvieron rentabilidad negativa, es decir, que quienes depositaron ahí una cantidad determinada de dinero, ahora tienen menos, en vez de más. Esto se debe, obviamente, a que los bancos le cobran al cliente más comisiones de la rentabilidad que le consiguen ofrecer gracias a su operativa financiera.
Por otra parte, una reciente investigación llevada a cabo por la organización Light House Reports señala que en Europa al menos hay 15 fondos privados de pensiones que especulan con alimentos y productos energéticos, lo que empuja sus precios al alza, contribuyendo al actual episodio inflacionario que estamos sufriendo. La investigación ha descubierto que al menos el fondo CaixaBank Destino 2026 invierte parte de su patrimonio de 857 millones de euros en alimentos. Es decir, que parte de la rentabilidad que estos fondos de pensiones le otorgarán a sus clientes cuando se jubilen provendrá indirectamente del mayor precio que se paga nacional e internacionalmente por los productos alimentarios y energéticos, lo que a su vez también contribuye a elevar sus precios.
Por último, los fondos privados de pensiones tienen otro problema: su rentabilidad depende de los vaivenes del mercado financiero, no de consideraciones políticas o sociales, especialmente si los bancos que los ofrecen recurren a prácticas tan arriesgadas e irresponsables como las empleadas recientemente por muchas entidades británicas, que han tenido que ser rescatas hasta en tres ocasiones en menos de cuatro semanas durante la crisis originada por el mini-budget del gobierno de Liz Truss. Esto ha sido así porque muchos de estos fondos británicos utilizaron parte del dinero de sus clientes en inversiones financieras atípicas y arriesgadas para lograr mayor rentabilidad de lo habitual.
Finalmente, el coordinador de IU-Verdes de Cieza ha concluido diciendo que es mucho más seguro el sistema público de pensiones, porque así la pensión nunca va a depender de las apuestas que los bancos hagan en el mercado financiero, sino de la solidez y estabilidad de un Estado, una institución que no solo es mil veces más solvente que los bancos, sino que, con todas sus deficiencias, es mil veces más democrática.