Ecologistas en Acción de la Región Murciana se ha sumado a la convocatoria europea “Big Jump 2022”, un evento que se ha celebrado este domingo 10 de julio de forma simultánea en numerosos países del continente. En esta ocasión, la organización ecologista ha elegido el río Segura a su paso por Cieza.
El "Big Jump" es una iniciativa de la European Rivers Network (ERN) secundada por diferentes organizaciones europeas y en la que, desde el año 2002, han participado alrededor de 200.000 personas en más de 2000 eventos en 34 países.
Este año los asistentes a la convocatoria de Ecologistas en Acción se han zambullido en aguas del Segura a su paso por el paraje ciezano de “El Horno”, una zona que conserva tramos de ribera en buen estado, pero donde persisten amenazas como la explotación turística del río o la presión de la agricultura intensiva.
Desde la organización ecologista explican que "el Big Jump es una actividad lúdico-festiva que consiste en bañarse en los ríos de Europa, pero con un claro y necesario componente reivindicativo dirigido, principalmente, a las administraciones públicas”. Pretendemos –añaden- “que no se olvide que todavía queda mucho por hacer en la protección y restauración de nuestros ríos”, y recuerdan el sistemático incumplimiento de la Directiva Marco del Agua.
Carácter reivindicativo: conservar y proteger nuestros ríos.
Este año, Ecologistas en Acción ha querido aprovechar este "chapuzón" reivindicativo para recordar algunas de las agresiones que lo ecosistemas fluviales en nuestra región siguen sufriendo.
A este respecto, recuerdan que todavía persisten episodios de contaminación sobre el Segura, como los vividos recientemente con la aparición de espumas artificiales a su paso por la ciudad de Murcia, y que provocaron la muerte de decenas de peces.
A lo que se debe sumar otros problemas como la descontrolada explotación turística (descensos fluviales) del Segura en la Vega Alta; el incomprensible abandono en el mantenimiento de proyectos de restauración de bosque de ribera; la artificialización de las riberas fluviales por proyectos turísticos en algunos municipios ribereños; los vertidos de la industria porcina; la sobreexplotación de los recursos hídricos; o la contaminación por nitratos de cursos de agua superficiales por parte de la agricultura intensiva en numerosas comarcas de la región.
Finalmente destacan la presión que sigue ejerciendo la agroindustria regional sobre los ecosistemas fluviales, y en particular sobre el río Segura que, “de principio a fin está tensionado por una intensa red de infraestructuras hidráulicas encaradas al abastecimiento insostenible de agua de los campos de regadío de la Región de Murcia”. Y lamentan que “pantanos, trasvases y perforaciones de nuevos pozos están llevando al límite los ecosistemas fluviales en el conjunto de la cuenca”.