El 8 de marzo es una fecha destacada en el calendario internacional para recordar que la desigualdad de género es aún una realidad en todo el mundo y que si bien han sido muchos los logros alcanzados quedan muchas injusticias por superar.
Es un día de reivindicación y de visibilización de los enormes esfuerzos que realizan las mujeres para forjar un futuro más igualitario así como para el recuerdo y homenaje a las mujeres que impulsaron estos ideales.
Podemos Cieza reivindica el derecho de las mujeres a la toma de decisiones en todas las esferas de la vida, la igual remuneración, la distribución equitativa de los cuidados y el trabajo doméstico no remunerado, el fin de todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas y unos servicios de atención de la salud que den respuesta a sus necesidades.
A raíz de la pandemia de la Covid-19, han surgido nuevos obstáculos que se suman a los de carácter social y sistémico que persistían antes y que frenan la participación y el liderazgo de las mujeres. En todo el mundo, las mujeres se enfrentan a un aumento de la violencia doméstica, a tareas de cuidados no remunerados, al desempleo y a la pobreza.
Los datos siguen siendo demoledores para las mujeres en términos de empleo: un 53% de las personas en paro son mujeres; el 52,3% de las personas beneficiadas por los ERTE son mujeres; el 98% de las personas ocupadas en el sector de la limpieza o el empleo doméstico son mujeres; solo un 6,9% de los hombres trabaja a tiempo parcial, mientras que el 23,5% de las mujeres están en esta situación laboral.Los números no son menos escandalosos si hablamos de cuidados: el 90,93% de las excedencias para cuidar a hijos e hijas las han pedido las mujeres; el 81,26% de las excedencias para cuidar a otro familiar, mayor o dependiente también son mujeres; el 87,9% de las personas que salieron del mercado laboral para dedicarse exclusivamente a los cuidados fueron mujeres.
Mientras tanto, el techo de cristal sigue sobre nuestras cabezas. Las mujeres tienen muchas más dificultades para llegar a altos cargos, a puestos de responsabilidad, de dirección de empresa o de partidos políticos. También en el mundo de la academia, del deporte, del cine o de la Universidad las distancias son abismales.
Este día es un buen momento para la reflexión sobre los logros alcanzados en los últimos años en materia de igualdad y especialmente para planificar los retos pendientes para erradicar todas las formas de discriminación contra las mujeres y niñas que persisten en la actualidad.
Queda, por tanto, mucho por hacer. Todas las instituciones tienen una deuda con las mujeres y todas deben saldarla. Las empresas deben empezar a aplicar los marcos de igualdad retributiva, las Comunidades Autónomas y los Ayuntamientos deben empezar a distribuir recursos para mujeres víctimas de la violencia machista, y debemos empezar cuanto antes la tarea de construir un Estado de bienestar que asuma los cuidados de personas dependientes y de niños y niñas, y no los deje a cargo de las mujeres a costa de su tiempo, sus tareas y su desarrollo personal y profesional.
Porque la igualdad de género no es una cuestión de un día, debe ser un compromiso ineludible de toda la ciudadanía en su conjunto y porque el 8 de marzo debe consolidar lo alcanzado para poder seguir andando caminos de igualdad entre todos y todas. ¡SÍ SE PUEDE¡