¿Sientes un cosquilleo por la nuca cuando oyes susurros? ¿Un hormigueo te recorre la espalda si contemplas movimientos muy pausados? Entonces eres una de esas personas capaces de notar los efectos de la ASMR, una respuesta sensorial placentera ante ciertos estímulos y que la ciencia aún está investigando.
ASMR son las siglas en inglés de Autonomous Sensory Meridian Response, Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma, y se trata de «una sensación estática en la piel, comparable al hormigueo, que normalmente comienza en el cuero cabelludo y recorre la parte posterior del cuello y la parte superior de la columna vertebral», explica Judit Subirana Mirete, neuropsicóloga y profesora asociada de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC. Esta sensación se activa ante diferentes estímulos visuales y auditivos: una voz suave, el sonido repetitivo que se hace al pasar las páginas de un libro o al dar golpecitos con las uñas en una superficie plástica, el movimiento pausado de una persona cortando una zanahoria, el sonido que se genera al masticar o al sorber líquidos…
¿Pero esta sensación que algunos han llegado a denominar «orgasmo cerebral» y que no todas las personas experimentan, ¿tiene base neurológica? «Algunos autores relacionan neurotransmisores como las endorfinas con el efecto que produce sobre nuestro cuerpo este fenómeno. Otros incluso se aventuran a ir un poco más allá afirmando que las endorfinas también estimulan la dopamina, un neurotransmisor asociado con el deseo y la motivación», explica esta doctora en psicología. Así, aunque aún no hay una base neurológicamente bien descrita, «seguramente algunos neurotransmisores puedan asociarse a ese proceso al tratarse de sustancias cerebrales cruciales a la hora de inducir las sensaciones de placer asociadas», apunta la profesora.
Un fenómeno al que se suman youtubers y marcas comerciales
Algo debe de haber, desde luego, habida cuenta del número creciente de videos en YouTube de contenido ASMR y, sobre todo, de la audiencia masiva que los consume. YouTube cuenta actualmente con miles de vídeos con esta temática, muchísimos en español, y sus autores son verdaderas estrellas. Lauren Woods o Sophie Michell, por ejemplo, expertas en relajar a los usuarios mediante susurros, ganan alrededor de 67.000 euros al año, según publicó el periódico británico Daily Mail. En España, Ana Muñoz es una de las más populares youtubers del género. Además de su canal Love ASMR, ha publicado el libro Los 7 hábitos para dormir bien, de la editorial Libros Cúpula.
El fenómeno ha llegado hasta tal punto que Samsung ha patentado el Galaxy «con orejas», una carcasa para móvil que dicen que está creada para permitir a los usuarios grabar videos ASMR. Y aún hay más, Ikea lanzó el anuncio «Oddly Ikea» inspirado en la ASMR. En él se acarician fundas nórdicas, se golpean escritorios y se encienden lámparas de una manera muy «ASMR». Renault tampoco se ha quedado fuera de este boom y en el anuncio de su auto eléctrico, Zoe, incluyó susurros y sonidos rítmicos producidos sobre la carrocería.
Y la cosa va a más. Lo último son los novios ASMR. Owen Dennis Riley nunca ha tenido novia real, pero es la pareja «virtual» de las más de 600.000 suscriptoras de su canal. Este joven interpreta el papel de novio y canta a sus parejas, les ofrece sopa cuando están enfermas, les hace regalos… El canal de Owen Dennis Riley se enmarca en un género al que han llamado «juego de roles de novio ASMR» y combina las conductas propias de un buen novio con las técnicas relajantes de la ASMR.
Para Silvia Martínez Martínez, profesora de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC y experta en redes sociales, «los contenidos que provocan una reacción, una emoción o una sensación ayudan a su viralización. Al margen de que puedan ayudar a relajarse, dormir, etc., también despiertan curiosidad e intriga por ver contenidos que provocan estas reacciones en otras personas», explica.
Relajación, placer instantáneo… Los «efectos» de la ASMR
¿Por qué, además de ese hormigueo y sensación placentera, la ASMR puede tener efectos positivos sobre el estado de ánimo o la salud? «Aunque todavía hay mucho que aprender, conocer e investigar sobre la fisiología de la ASMR y su verdadera efectividad», explica Subirana Mirete, «los usuarios de estos videos dicen que los relaja, los ayuda a conciliar el sueño y a desestresarse, y les proporciona consuelo durante un momento triste. Algunas personas con diagnósticos clínicos de trastornos médicos también afirman que estos videos son útiles para frenar su insomnio o su ansiedad, o incluso para tratar trastornos de pánico y depresión», explica la profesora.
Sin embargo, la ciencia aún no se ha pronunciado con rotundidad. «Algunos estudios han intentado validar el poder tranquilizador, relajante, excitante o hipnótico de la ASMR y, aunque han obtenido resultados dispares, vale la pena seguir investigando», puntualiza Judit Subirana Mirete. Así, aunque parece fundamentarse en algunos conceptos básicos de la biología, la neurología y la psicología humana, «este bum puede dar lugar a interpretaciones erróneas de conceptos ya establecidos. La mayoría de autores que han publicado acerca de este concepto se circunscriben a un mismo ámbito y área, de manera que es necesario que más grupos de distintas zonas y con distintas visiones entren a investigar la solidez de este nuevo constructo y rompan su homogeneidad», dice la profesora.
¿Ha existido siempre? ¿Qué lo provoca? ¿Puede experimentarlo todo el mundo?
El concepto se empezó a conocer en 2007, cuando en un foro de internet un usuario habló de una sensación que había experimentado desde la infancia. Según su testimonio, ciertos eventos no hápticos, aparentemente aleatorios y no relacionados, le provocaban una sensación parecida a cuando te pasan suavemente los dedos a lo largo de la piel. Le ocurría, por ejemplo, viendo un espectáculo de marionetas o cuando le contaban una historia. A este mensaje contestaron otros muchos internautas afirmando haber experimentado lo mismo y empezaron a aparecer sitos web donde se debatía y analizaba el fenómeno. La persona que finalmente le dio nombre fue Jennifer Allen, una profesional de la ciberseguridad y el hackeo ético, que propuso que el antes llamado «orgasmo mental inducido auditivo» o «euforia inducida por la atención» pasara a denominarse «respuesta sensorial meridiana autónoma». Se basó en la descripción individual de los conceptos que forman la denominación: respuesta, por referirse a una experiencia desencadenada por algo externo o interno; sensorial, por estar relacionada con los sentidos o las sensaciones; meridiana, relacionándola con un clímax o punto de mayor desarrollo, y autónoma por su espontaneidad y autonomía, con o sin control.
En cuanto a qué la provoca, pueden ser una multitud de cosas, sonidos y movimientos. De hecho, hay videos de ASMR donde se mastica, solo se habla, se golpean objetos con las uñas, se desenrollan toallas... Según un estudio que hicieron psicólogos de la Universidad de Swansea (Reino Unido) en 2015, el 75 % de los usuarios de videos de ASMR reacciona ante los susurros, el 69 % busca contenido sobre atención personal, el 64 % reacciona ante sonidos crujientes, el 53 % ante movimientos lentos y el 34 % ante movimientos repetitivos.
«Se han descrito, principalmente, tres tipos de desencadenantes, relacionado cada uno con un sentido diferente», aclara la profesora de la UOC.
Tacto: se da la ASMR al tocar ligeramente el cabello, la mano o la espalda de alguien. Un ejemplo sería en la peluquería, al cortar el pelo, o intencionalmente con un amigo, un familiar o la pareja.
Audición: los sonidos de bajo volumen son los que mayormente predisponen a la ASMR. Por ejemplo, la voz de alguien, palabras suaves o susurros, sonidos como golpes o los que se producen al rascarse, cepillarse o arrugar algo.
Visión: ver los movimientos suaves de alguien y las expresiones faciales amables puede provocar la ASMR.
En todo caso, no todo el mundo afirma sentir estos efectos. Un mismo video deja a unas personas indiferentes y a otras les produce un escalofrío placentero por toda la espina dorsal. Otra investigación llevada a cabo por psicólogas de las universidades de Manchester y de Sheffield desveló que si una persona no tiene ASMR no puede sentir sus efectos: podrá relajarse pero no sentir el hormigueo que caracteriza la sensación.
Lo que sí parece claro es que «es necesario que la persona esté relajada para que el desencadenante de la ASMR pueda surtir efecto. Estos desencadenantes pueden ser naturales (no intencionados) o bien intencionados», explica Subirana Mirete. «Incluso en los videos o pódcast ASMR es necesario que la persona esté predispuesta para poder experimentar esta sensación», concluye.