El Centro Picasso acogerá las clases, que durarán tres meses, en los cuales los alumnos estarán dirigidos por una terapeuta ocupacional y numerosas personas voluntarias, tales como maestras jubiladas y otros amantes de la lectura.
Este proyecto, financiado por la dirección general de Inmigración y Voluntariado, tiene como objetivo la integración en los colegios para su formación académica.
Según Martínez, “este proyecto nace por la necesidad de reducir el alto porcentaje de absentismo escolar en la población inmigrante, debido en gran parte al desconocimiento del castellano por parte de los niños extranjeros, lo que deriva a que no puedan seguir el ritmo de las clases”.