El astrofísico y astrobiólogo Enrique Solano ha impartido la conferencia 'Big Bang y Génesis: ¿Contrarios o complementarios?' en la que ha demostrado, con todo tipo de argumentos razonados y exponiendo realidades y hechos, que la Ciencia y la Fe no son antagonistas sino complementarias.
El acto ha sido presentado por Antonio Soto, fundador y director de Física Society, quien ha destacado la gran talla intelectual del ponente, su pasión por la ciencia y su compromiso con la promoción del conocimiento «dado que ha impartido más de 150 conferencias tanto nacionales como internacionales.».
Solano ha comenzado exponiendo que el principal cosmólogo de la primera mitad del siglo XX - el matemático, astrónomo, físico y sacerdote católico Georges Lemaître - fue el científico que propuso la teoría del 'Big Bang' «en la cual rebatió la teoría de la relatividad formulada unos años antes por Albert Einstein quien decía que el universo es estático y no dinámico».
«Lemaître nos enseñó que el universo es dinámico y está en expansión, algo que fue posteriormente corroborado experimentalmente por Edwin Hubble. En consecuencia, podemos concluir que el universo nunca ha sido igual ni uniforme sino que tuvo un inicio».
Con respecto al Génesis, el astrobiólogo ha explicado que, leído a simple vista, parece un relato escrito para niños pequeños. «Sin embargo, La Biblia no es un libro científico sino que tiene varios géneros como pueden ser el histórico o el filosófico».
Asimismo, La Biblia da respuestas a preguntas que la ciencia nunca en la vida va a lograr responder como, por ejemplo ¿quién creó el universo? dado que, como teorizó Lemaître y posteriormente demostró Hubble, el universo tuvo un inicio. «De este modo, podemos concluir que la Ciencia y la Fe son necesarias para conocer la realidad porque cada una explica una parte de ella».
El científico del Centro de Astrobiología del CSIC también ha explicado que La Biblia la escribió el pueblo de Israel cuando todos los pueblos que existían antes de Cristo estaban mucho más avanzados cultural, artística, filosófica o arquitectónicamente. «Sin embargo, Israel tenía un modelo cosmológico más exacto pues ya concebía que el universo no es estático sino que su evolución es gradual. El tiempo solo tiene sentido preguntárselo cuando hay creación y, si hay creación, tiene que haber un creador»..
Asimismo, Solano ha dejado claro que la teoría de la evolución de Charles Darwin es totalmente compatible con la Doctrina de la Iglesia Católica «dado que dicha teoría expone que los seres humanos evolucionan durante el transcurso de las generaciones y, ante dicha afirmación, la Iglesia no muestra ninguna ambigüedad sino que la ratifica».
También ha querido citar dos frases de San Juan Pablo II: «La Biblia no es un libro para interpretar 'cómo se ha hecho el cielo' sino de 'cómo llegar al cielo'», y «la ciencia purifica la religión de la superstición y la religión purifica a la ciencia de idolatrías y falsos absolutos».
Según ha explicado el astrofísico «la ciencia nunca va a poder demostrar si Dios existe o no existe dado que no tiene herramientas para ello. De hecho, tampoco logra ni nunca va a lograr explicar porque existe el universo y cómo surgió 'de la nada'. Esto es, como se pasó de no haber nada a qué existiera algo. Por ello, podemos concluir que tiene que haber un creador que es Dios».
Por último, ha terminado afirmando que «tanto la ciencia como la religión - por medio del Apocalipsis - nos dicen que el universo, al igual que tuvo un inicio, va a tener un final. Por lo tanto, la Ciencia y la Fe no son antagonistas sino complementarias porque llegan a la misma conclusión».
La conferencia, celebrada en el salón de actos del Club Estay (Cartagena), ha contado con la asistencia de medio centenar de personas quienes, al finalizar, han tenido la oportunidad de departir un interesante coloquio con el ponente.
Enrique Solano Márquez nació en Cartagena en 1966. Doctor en Ciencias Matemáticas por la Universidad Complutense de Madrid, se ha dedicado desde los comienzos de su carrera científica a la astrofísica.
En la actualidad, es investigador científico en el Centro de Astrobiología, organismo español de investigación en astrobiología dependiente tanto del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial como del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (INTA-CSIC), primer centro de investigación no estadounidense asociado al Instituto de Astrobiología de la NASA.
Asimismo, desde 2022 es presidente de la Sociedad de Científicos Católicos de España, colectivo que agrupa a más de 150 científicos y, a nivel internacional, a 2600.