Los ensayos evalúan los beneficios de la oxigenación en cultivos de brócoli y rábano en terrenos compactados y en invernaderos de pimiento con problemas de asfixia radicular
Investigadores de la UPCT acaban de iniciar ensayos agronómicos para evaluar nuevas tecnologías de oxigenación del agua de riego para favorecer el desarrollo de cultivos en condiciones de baja disponibilidad de oxígeno en el suelo.
Los ensayos se están realizando junto con las empresas Novedades Agrícolas y Juan Azcue en parcelas de la Estación Experimental Agroalimentaria Tomás Ferro, en La Palma, en el Centro de Demostración y Transferencia Agraria, en El Mirador, y en invernaderos comerciales ubicados en Almería. Se realizan a través del proyecto europeo Hort2thefuture (Horticultural innovations in soil-friendly practices to ensure a sustainable future, código 101157434).
El objetivo es comprobar los beneficios de estas tecnologías en el desarrollo de la raíz de cultivos como el brócoli o el rábano en suelos compactados y el potencial de control de fitopatógenos en suelos con problemas de asfixia radicular en invernaderos de pimiento.
“Las empresas buscan soluciones al creciente problema de inundaciones puntuales en una época del año donde las precipitaciones se producen de forma abundante y en poco tiempo, con una mayor incidencia de enfermedades como las plagas por hongos”, explica la coordinadora de estos ensayos en la UPCT, María del Carmen Martínez. Los ensayos servirán así para conocer si la oxigenación a través del agua de riego mejora el control sobre las enfermedades fúngicas.
El coordinador de este paquete de trabajo en el proyecto europeo, el investigador de la Universidad de Belgrado Steve Quarrie, ha visitado los ensayos junto con investigadores de la UPCT, que van también a testar nuevos sustratos sostenibles para cultivos hidropónicos en otra de las líneas principales del proyecto, cuya meta es el desarrollo de sustratos de cultivo a base de materias primas europeas, con una huella medioambiental y de carbono sustancialmente inferior a la de la turba que se utiliza mayoritariamente. La idea es que estos sustratos sean baratos, fiables y escalables en horticultura para que sea viable su comercialización. “Estos sustratos se evaluaran en el proyecto no solo desde un punto de vista agronómico, sino atendiendo también a los aspectos ambientales y socioeconómicos”, indica la coordinadora del proyecto en la UPCT, Belén Gallego.
Durante cuatro años, investigadores, proveedores, minoristas y agricultores de 11 países europeos desarrollan este proyecto coordinado por la escuela de negocios de Copenhague. Está financiado por el programa Horizonte Europa con 6,5 millones de euros, de los que alrededor del 9% recala en la UPCT.