El Cartagena Jazz Festival dice adiós este sábado 22 de noviembre y lo hace a lo grande con la primera actuación en España de la cantante Melanie de Biasio, conocida como la Billie Holiday belga y una de las figuras emergentes con más futuro, según la crítica especializada del jazz mundial.
Además la exquisita voz de Silvia Pérez Cruz junto a Raül Fernández Miró estarán en el Nuevo Teatro Circo presentando su disco Granada. A la venta las últimas entradas. El concierto comenzará a las 21:30 horas.
Originaria de Charleroi y actualmente con sede en Bruselas, Melanie De Biasio es flautista de formación clásica y posee una voz extraordinaria, llamada la Billie Holiday belga. No Deal es su nuevo álbum, lanzado 28 de abril. Ãlbum de la semana recientemente en el show de Gilles Peterson en la BBC 6 Music, No Deal ya ha alcanzado el estatus de gold en las listas de ventas en su Bélgica natal, y al silver en Francia.
No Deal es un disco minimalista, en parte fruto de la improvisación, encantará a cualquier amante de la música dispuesto a tomar el tiempo para sumergirse en su sutil esplendor. El álbum debería llamar la atención a los fans de los últimos Talk Talk, Marcos Hollis es una influencia enorme para De Biasio. También cita a Frank Zappa y Pink Floyd como influencias formativas, además de Nina Simone y Abbey Lincoln, dos iconos de luchadoras por los derechos cívicos y voces de un jazz agresivo despojado de cualquier afectación.
No Deal contiene sólo siete canciones, a través de las cuales la voz de De Biasio avanza con gracia, a veces desapareciendo por completo. Con Pascal Paulus en los teclados, Pascal Mohy en el piano, y Dre Pallemaerts en la batería, De Biasio ha racionalizado todo para dar más espacio a su extraordinaria voz. Hay un flujo natural en el álbum, desde los inicios íntimos de I Feel You a la nota de despedida de With All My Love.
Sílvia Pérez Cruz es la voz más sobrecogedora que ha aparecido en los últimos tiempos. Crecida entre canciones populares ibéricas y latinoamericanas, músico educada en el clásico y el jazz, contagiada por el flamenco a través de una conexión que parece sobrenatural, canta de una forma que solo es suya y hace estremecer. Raül Fernández Miró empezó siendo un músico indie para llegar a ser, simplemente, un músico.
Nada de lo que oye le es ajeno, todo le atrae y de todo aprende alguna cosa que le enriquece como compositor, como productor y como instrumentista. Sílvia y Raül tienen una cosa que solo es suya. Y no es solo el repertorio, también la intensidad emocional, el sentido de la aventura; la conexión es tal, que se convierten en uno solo y único, diferente a quien son por separado.
Raül dice que no ha conocido nunca a otro músico con el que se entienda como Sílvia. Sílvia dice que su conexión con Raül es una cosa animal, que no la tiene con nadie más. Su primera colaboración juntos en 2006 giraba alrededor de canciones tradicionales catalanas y latinoamericanas. Ahora todavía cantan canciones populares, pero el repertorio se ha hecho diverso, imprevisible. Se diría que cualquier materia prima les sirve de material conductor para expresar todo lo que es expresable a través de la música. Tan pronto descargan tormentas eléctricas como se hace de día con una luz como de tarde de verano.
Las guitarras de Raül son vivas, resonadores de madera y hierro que pueden ser delicados o violentos. La voz de Sílvia, un grito o un hilo, siempre armónico, conmociona. Este es un disco interpretado, grabado y producido por los dos. Un disco de versiones, de la primera a la última. En castellano, catalán, portugués, inglés, francés y alemán. Piezas de Leonard Cohen, Albert Pla, Edith Piaf, Schumann, Enrique Morente, Violeta Parra, Lluís Llach, Novos Bahianos, María del Mar Bonet, Fito Páez, de cualquier época, estilo o lugar, simplemente canciones/momentos que les han marcado y han querido compartir; todas con un denominador común: en la voz y las manos de Sílvia Pérez Cruz y Raül Fernández Miró suenan a confesión descarnada, a vivencia o ensoñación propia. Como si acabaran de escribirse. O mejor aún: como si estuvieran cobrando forma en ese preciso instante.