La alcaldesa, Pilar Barreiro, le ha trasladado a Juan Carrión la propuesta aprobada hoy en junta de gobierno, de solicitar al Ministerio de Empleo que inicien los trámites para que le concedan al profesor cartagenero la Medalla de Oro del Mérito al Trabajo, y lo ha hecho durante la visita que la primera autoridad municipal ha realizado a la academia de inglés de Carrión.
Su pasión por la docencia y por su alumnado, a quienes no sólo les ha enseñado inglés sino también civismo, y que todavía continúa demostrando en sus clases es uno de los principales motivos por los que se ha realizado la petición, como aseguraba la alcaldesa. Además, añadía la importancia de este cartagenero de adopción que rompió en su día con los esquemas de la docencia clásica y que ahora sigue defendiendo la manera de inculcar más intensamente el aprendizaje del inglés, como clases diarias.
A pesar de su edad, 89 años, Carrión sigue al pie del cañón dando clases en su academia, que conserva la estética y el encanto de años atrás. Quiero morir con las botas puestas, confesaba a los periodistas esta mañana. Así, sigue enseñando inglés a sus alumnos con el original y revolucionario método que le conduciría, sin quererlo, a la fama. Y es que las famosas canciones de los Beatles siguen sonando en el aulario de Carrión con el fin de incentivar el idioma a los chavales.
Su pasión por esta banda se refleja también en el aspecto de la academia, en cuyas paredes cuelgan pósters de los Beatles, como el de John Lennon, a quien hace ya varias décadas conoció en persona. Su encuentro en Almería con el artista, con el fin de que escribiera las letras de sus canciones, le valió para que el director y periodista David Trueba recreara ese momento en Vivir es fácil con los ojos cerrados, que ganó el pasado domingo 6 Premios Goya.
Carrión no podía dejar de asistir a esta cita y en primera fila no perdía detalle de la gala. Hasta las cinco de la madrugada estuvo el profesor en pie de charla con la madre del director. Ahora cuenta con entusiasmo cómo vivió aquella noche, envuelto por el cariño de Trueba, la familia del director y los componentes de la película. Debido a mis problemas de sordera, David se mostró muy atento al traducirme todo lo que iban diciendo, comentaba. Que vas a arrasar, que vas a arrasar, le susurraba el profesor a Trueba segundos antes de saber quién era el ganador del Goya.
Del director no tiene más que buenas palabras. Haré todo lo que pueda para ayudar a David, como él ha hecho conmigo, aclaraba, quien también contaba emocionado cómo Trueba le había regalado una de estas preciadas estatuillas. Le he dicho que por favor venga a Cartagena a dármela, añadía, quien aseguraba además que ambos tienen una cosa muy importante en común: su amor por Cartagena.
