El problema de la prostitución y los islamistas se circunscribe a dos calles del Casco

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La alcaldesa asegura que es un problema muy localizado en el que se trabaja desde el punto de vista social desde hace meses y urge a la Delegación del Gobierno a que actúe desde el punto de vista de la seguridad ciudadana

El problema de la prostitución y los islamistas se circunscribe a dos calles del Casco

La alcaldesa, Pilar Barreiro, ha señalado hoy que el problema que problema de convivencia que ha surgido por el ejercicio de la prostitución en el Casco de Cartagena y el líder religioso de una comunidad mulsulmana, es un hecho asilado que se circunscribe a sólo dos calles y ha señalado que desde hace tiempo, varias concejalías están intentando, solucionarlo desde el punto de vista social, urgiendo a la Delegación del Gobierno a que dé las respuestas que sean necesarias desde el punto de vista de la seguridad ciudadana.

 

Pilar Barreiro, ha explicado que este problema hace tiempo que existe en estas dos calles y desde entonces los concejales de Seguridad Ciudadana, Javier Herrero; de Atención Social, Antonio Calderón;  de Descentralización, Nicolás Ángel Bernal; de Urbanismo, Joaquín Segado, y de Cultura y Mujer, María Rosario Montero, están trabajando conjuntamente para que esas dos calles tengan todos los servicios necesarios, que eviten la marginación.

Barreiro ha recordado que la cuestión de seguridad en la calle es una competencia de la Delegación del Gobierno y ha informado que hoy van a hacer tres semanas desde que le demandó a Rafael González Tovar, Delegado del Gobierno, una Junta de Seguridad para tratar de coordinar los servicios municipales, con los servicios de las fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Por ello, la alcaldesa subraya no hay una cuestión de polémica o de peligro social: el hecho real es que la prostitución no es una actividad ilegal y el problema ocurre cuando en unas situaciones de crisis hay prostitución y se ejerce en muchas ocasiones en la calle. Además, ha afirmado que da igual la religión que tenga uno, pero es una cuestión que intimida a los ciudadanos, habitantes y a los estudiantes de esa zona.

 

La alcaldesa ha reiterado a los medios que esta situación se produce en dos calles muy concretas y muy localizadas de una parte del casco,  y no se debe transmitir a la opinión pública que el casco de la ciudad de Cartagena tiene un problema de seguridad, porque la realidad no es así. El Ayuntamiento ha trabajado muy duro por mejorar la imagen turística de la ciudad, y generaizar estos hechos generan un grave daño a esa imagen.

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