Murcia, 8 ene (EFE).- El juicio contra Hamid M., acusado de matar a puñaladas a su compañera sentimental, al anunciarle ésta su propósito de dar fin a la relación que mantenían desde hacía nueve años, quedó hoy visto para sentencia en la Audiencia Provincial de Murcia tras la exposición de los informes por las acusaciones y por la defensa.
La sesión de hoy, que era continuación de la que se celebró el pasado 10 de diciembre, comenzó con la declaración como testigo del guardia civil que se personó en la vivienda familiar, ubicada en la localidad cartagenera de La Aljorra, momentos después del crimen, ocurrido el 4 de junio de 2007.
El agente declaró a la Sala que la víctima, I. Z., todavía se encontraba con vida y que le manifestó que el acusado la había apuñalado después de haberle dicho que quería terminar la relación y que abandonara la casa.
El fiscal, que pide penas que suman 17 años de prisión por un delito de homicidio y otros dos de quebramiento de medida cautelar y de maltrato en el ámbito familiar, dijo en su exposicion que la discusión entre el presunto homicida y su víctima ocurrió sobre las ocho de la mañana y que, tras abandonar la casa, Hamid M. regresó cinco horas después y acabó con la vida de su compañera asestándole cuatro puñaladas con un cuchillo de 25 centimetros de hoja.
Una de las puñaladas, añadió el representante de la acusacion estatal, era mortal de necesidad ya que le atravesó el costado y le cortó el hígado.
El fiscal pide además de las penas de prisión, una indemnización de 150.000 euros para los padres de la fallecida y para sus tres hijos tenidos de una relación anterioor.
Por su parte el abogado de la familia de la víctima declaró al tribunal que los hechos eran constitutivos de un delito de asesinato porque la fallecida no tuvo posibilidad de defenderse, de otro de maltrato en el ámbito famiiar, y de un tercero de quebrantamiento de la orden que tenía el procesado de no acercarse a menos de 500 metros de la víctima y de su domicilio.
La defensa admitió el delito de homicidio, aunque solicitó que la condena se fijara en cinco años de cárcel al considerar que en los hechos concurrían, entre otras atenuantes, la de que el acusado actuó con arrebato u obcecación.
Al hacer uso al derecho a la última palabra, Hamid M. leyó un escrito en el que mostraba su arrepentimiento por lo ocurrido y pedía disculpas a la familia de la víctima. EFE