La filosofía del Partido Popular ha sido siempre muy clara: la política fiscal debe tender a mejorar la recaudación, pero no a través del aumento de la carga impositiva sino por el incremento de la actividad económica. En suma: menores impuestos para que las empresas inviertan y creen empleo, y los ciudadanos consuman. Apostamos, por tanto, por una recaudación tributaria más efectiva, sin subir impuestos, reduciendo o eliminando los que sean posibles, y siendo más eficaces en la recaudación de los que ya existen. De ahí el compromiso de suprimir en 2018 el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, anunciado en su momento por el presidente regional del PP, Pedro Antonio Sánchez, y asumido ya en su mismo discurso de investidura por el nuevo presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras.

Un impuesto que, cabe recordar, el Gobierno regional del Partido Popular ya eliminó en 2015 para la transmisión de empresas cuando se produce el relevo generacional, con lo que se situó la bonificación para los contribuyentes en el 50%.

Asimismo, los presupuestos de este año han elevado la rebaja al 60%, además de aplicar también una exención del 99% para las familias numerosas especiales que tienen más de cinco hijos.

Y es que consideramos que Sucesiones y Donaciones es un impuesto especialmente injusto, que obliga a un buen número de familias a pagar cuando reciben un bien en herencia que no pueden vender, como ha ocurrido en los últimos años con las propiedades inmobiliarias. Problema con el que también se encuentran los herederos que no tienen dinero para liquidar el impuesto, y que en tales casos se ven obligados incluso a pedir un crédito para poder pagarlo.

Así por ejemplo, y según los cálculos que maneja la Consejería de Hacienda, una familia que reciba bienes por importe de 350.000 euros, por los que ahora tendría que pagar 13.453 euros, con la rebaja en 2018 solo debería ingresar 336, a repartir entre todos los herederos.

La Región de Murcia es la autonomía de toda España que más está bajando los impuestos, a diferencia de sus vecinas, que los está subiendo. Aun así, el anuncio de esta iniciativa ha supuesto una presión para algunas de nuestras comunidades limítrofes, que se ven obligadas a plantearse eliminar también este impuesto. Sea como fuere, partir de 2018 ningún murciano tendrá que renunciar al fruto del trabajo de toda una vida.

Con la implantación de un marco tributario atractivo haremos posible la creación de nuevas empresas, y atraeremos inversiones de dentro y fuera de la Región. Creemos en la fórmula "menos impuestos igual a más empleo y más recursos": más recursos para incrementar la renta familiar, para aumentar la capacidad de gasto de las personas y también de las empresas. Porque comprobado está que el dinero, donde mejor está, es en el bolsillo de los ciudadanos.