Calasparra decía ayer adiós a las fiestas de la Conmemoración de la Donación de la Villa a la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén. Han sido tres intensos días con los que Calasparra ha rememorado y recordado el acontecimiento histórico.

Este acontecimiento recuerda el privilegio que el rey Sancho IV hizo a la Orden del hospital de San Juan de Jerusalén, concediéndole, el 9 de junio de 1289, el Castillo de Calasparra y sus términos por "juro de heredad". La concesión la hace el rey en presencia de los maestres y comendadores de las demás Ordenes Militares (Alcántara, Santiago, Calatrava y el Temple) y del rey de Granada, vasallo de Sancho IV y el arzobispo de Toledo, "Primado de las Españas".

La celebración de dicho acontecimiento, que se inició en 1989, con motivo del 700 aniversario del mismo, quedó interrumpida durante varios años, hasta que, en 2008 se recuperó dicha tradición y, desde entonces, se viene repitiendo cada año en la noche del 9 de junio, coincidiendo con la mencionada concesión y con el Día de la Región.

Una conmemoración más austera en la que hemos echado de menos la representación teatral del acontecimiento, cada año a cargo del grupo de teatro El Molinico, y el gran desfile medieval, pero que el Ayuntamiento tratará de recuperar para la próxima edición, ya que una de sus pretensiones es lograr la calificación de Interés Turístico Regional, según la concejala de Turismo, Mª Dolores Gomariz. En cambio no ha faltado ni la Cena Medieval, que por segundo año ha organizado el Gremio de Mercaderes (Asociación de Comerciantes), ni el mercado medieval La Encomienda, con los puestos de artesanía y gastronomía tradicionales. Además el aliciente gastronómico ha vuelto a ser un acierto. La IV Ruta Gastronómica Medieval con la participación de 19 establecimientos locales dio un sabor especial a la celebración. La actuación de la Rondalla de Calasparra y la Ruta Turística Urbana, completaron el fin de semana.

El momento más destacado tuvo lugar el sábado con la entrega simbólica de las Llaves de la Villa. El grupo de teatro El Molinico, el médico cardiólogo D. Enrique Jaén Armand y el joven investigador Pablo Álvarez Sánchez, recogían este año el preciado galardón concedido anualmente por el Ayuntamiento de Calasparra y entregado por el alcalde de Calasparra, Jesús Navarro. Un concurrido acto que tuvo lugar en el Salón de Plenos del Ayuntamiento y que muchos pudieron seguir en directo por las televisiones locales.

Las Llaves de la Villa eran entregadas este año al Grupo de Teatro El Molinico "por su amplia trayectoria profesional, 30 años. Su implicación social al desarrollo de la cultura y tradiciones de Calasparra", en palabras de Jesús Navarro. Y a Don Enrique Jaén Armand y Pablo Álvarez Sánchez, "en reconocimiento al estudio e investigación, llevando siempre el nombre de Calasparra con gran orgullo y satisfacción, resaltando siempre y en cualquier lugar el honor de ser hijo de esta noble Villa", destacó el alcalde.

Palabras emotivas y de agradecimiento salieron por boca de los homenajeados a los que Calasparra devuelve un poco de lo que ellos han dado a la localidad.