El cielo presagiaba que la tarde podía acabar con lluvia y así fue, aunque esto no impidió ayer la celebración de la Conmemoración de la Donación de la Villa a la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén.
La comitiva partió desde la Gran Vía Vieja e hizo el itinerario arropada por cientos de calasparreños que, desde la media tarde, ya llenaban al completo la Avenida 1° de Mayo.
El clero, los gremios, músicos, la corte y cómo no, los reyes, conformaban el desfile que acabó en el Cine Rosales, cuando empezaban a caer las primeras gotas de lluvia y donde tuvo lugar la representación teatral de la Conmemoración, a cargo del grupo de teatro el Molinico.
Tras la representación, en la que la débil lluvia no ceso de caer, llegó el momento de la entrega de las llaves de la Villa.
El alcalde de la localidad, Jesús Navarro, tomó el testigo para entregar uno de los reconocimientos más prestigiosos que otorga el Ayuntamiento de Calasparra, e hizo mención en su discurso a los logros de los premiados y a la nobleza con la que han paseado el nombre de Calasparra allá por donde han ido.
El reconocimiento terminó con la emoción y el agradecimiento de los galardonados.