Por unanimidad, la Asamblea General Extraordinaria de la Acequia de Rotas, a la que asistieron invitadas las directivas de las acequias del Esparragal y Berberín, acordó oponerse a las obras que la Confederación Hidrográfica del Segura inició el pasado febrero, consistentes en la colocación de unas compuertas de corte y derivación de agua al río, manejadas desde Confederación, por medio de telefrecuencia (control remoto), y que de momento han sido PARALIZADAS por la directiva de esta acequia.

Las obras, que aunque se iniciaron en terrenos propios de la acequia, que son zona LIC, y sin los permisos pertinentes, los comuneros sospechan que la confederación las retomará en cuanto les sea posible, así como seguidamente, según la información comunicada por los propios trabajadores, después de la Acequia de Rotas, se dirigirán a las de Esparragal y Berberín.

Los comuneros están de acuerdo en que se les midan los caudales, son conscientes de la gravedad del tema del agua, y en consecuencia son ahorradores, pero las obras en cuestión, al contemplar el control de los caudales por ordenador desde la propia Confederación en Murcia, esta actuación puede ser tan grave, que el sistema automático deje la acequia sin caudal en determinados momentos, por ejemplo en periodos críticos para el cultivo del arroz, como además la obra incluye una cerca para que no se puedan acercar los comuneros, estos quedarían sin ninguna capacidad de reacción ante cualquier problema que dejara la acequia sin agua.

La asamblea, por lo tanto, tomó el acuerdo de OPONERSE ENERGICAMENTE Y ADOPTAR CUALESQUIERA MEDIDAS ENCAMINADAS A IMPEDIR LO QUE CONSIDERAN UN ATROPELLO.

El coto arrocero tiene más de cien años regulado, y un tiempo inmemorial de cultivo, no ha crecido en su extensión nunca. Con las obras que se pretenden hacer, no solo se vería perjudicado en su cultivo, si no también en su hábitat. Los arrozales de Calasparra son un humedal histórico de la región de Murcia, y así deben seguir siendo.