El pintor Gómez Cano dejó un importante legado a la cultura murciana.

El próximo viernes a las nueve de la noche, su pintura impresionista será expuesta en la Sala de Exposición “Pepe Rubio” de Beniel.

Una colección de 23 obras cedidas por un importante coleccionista de arte de la región, podrán ser admiradas hasta el 24 de febrero en el Centro Cultural Infanta Cristina.

La muestra será inaugurada por el Alcalde Roberto García Navarro y el Concejal de Cultura, Francisco Coll.

Tras importantes exposiciones como la de Mariano Ballester, que estrenó la sala de exposiciones hace dos años, han pasado obras de muchos artistas, pero la de Gómez Cano, será sin duda, una de las más prestigiosas que visite la localidad.

Está compuesta por retratos, autoretratos o paisajes.

La sala ha fijado un horario especial para poder visitar la exposición, de 09:30 a 13:30 horas, y de 16:00 a 20:00 horas.

Algo sobre el autor Antonio Gómez Gana nació en Murcia el 22 de julio de 1912.

Desde niño dibujó y pintó con éxito, desarrollando sus cualidades innatas de artistas bajo la orientación de su padre, el maestro Gómez, dedicado a la decoración y pintura industrial.

Realiza su primero exposición siendo muy joven, en el año 1929, en los salones del Círculo de Bellas Artes.

Se casa con Teresa Estrada en 1931 y un año más tarde nace su primer hijo, Antonio.

Ingresa como alumno en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, de Madrid.

Al mismo tiempo continúa su trabajo artístico e industrial en Murcia.

En 1938, durante su Ayuntamiento de Beniel Gabinete de Prensa Plaza Ramón y Cajal, 10. 30130.

Y en 1939 concluye sus estudios libres en San Fernando.

Con la gran exposición en la “Económica”, de Murcia, en 1940 y el traslado de su residencia a Madrid, en 1941, Gómez Cano transciende los horizontes locales y se “encuentra” con los aires intelectuales del momento en los ambientes madrileños: pintores, escritores, poetas, pensadores…Estudia la pintura española y le cautiva El Greco.

Expone, repetidamente en Madrid, Málaga o Bilbao.

Contribuye con su obra a la exposición de Arte Español en Buenos Aires y participa, en 1951, en la primera exposición Bienal Hispanoamericana de Arte celebrada en el Palacio de Exposiciones del Retiro.

En 1946 había nacido su tercer hijo, Juan Francisco, y en 1951 nace María.

Entre 1954 y 1957 establece su residencia en la sierra murciana y convierte a la Casa de Administración del Cenajo en testigo de su paso y huella pictórica.

En 1957, becado por el Ministerio de Educación Nacional, viaja a Italia y estudia y pinta en Florencia y Venecia.

Un año mas tarde regresa de nuevo a Italia en 1958 y posteriormente viaja a París dónde reside unos meses.

Entre Murcia y Bilbao, dónde retrata la sociedad basca, sigue realizando sus estudios.

Su último autorretrato está fechado en 1963, que con los anteriores de 1946 y 1950 realizados con técnicas pictóricas diferentes definen tres periodos de la obra y técnica del pintor.

Viaja en numerosas ocasiones a la capital francesa y permanece una temporada en Ámsterdam donde descubre y admira a Van Gogh.

En esta etapa su técnica sufre una evolución positiva en el uso del color y de los estaciones, en los elementos que utiliza y en los objetos donde la belleza se ha de descubrir.

Aparecen temas sociales y éticos en su pintura en la que “existe una inquietud por subrayar aquellos oficios tradicionales y los humildes trabajos de los vendedores ambulantes y desposeídos”.

“Homenaje a Portmán” (1967), “Recordando a Van Gogh” (1967) y “Homenaje a Van Gogh” (1980) son exposiciones representativas de este periodo.

En 1981 Gómez Cano presenta su última exposición antológica en el Centro Cultural de la Villa de Madrid.

Contemplándola, el propio artista comenta: “¡Me parece que ya he pintado bastante!”.

Fallecía tras una larga y dolorosa enfermedad, el 18 de enero de 1985.