El Partido Popular de Alhama de Murcia quiere hacer una valoración del Pleno ordinario de enero, destacando especialmente, a propuesta de la concejalía de Bienestar Social, la aprobación inicial del reglamento de regulación del servicio municipal de teleasistencia domiciliaria, que va a cubrir a un amplio colectivo de personas mayores, discapacitados o dependientes de Alhama, que así lo requieran y reúnan los requisitos para obtener dicha prestación municipal. Este servicio permite a las personas, que por su edad avanzada, enfermedad, discapacidad o aislamiento social lo precisen, poder estar en contacto permanente, las 24 horas del día y los 365 días del año, con un centro atendido por profesionales específicamente preparados para dar respuesta adecuada a la situación de emergencia que se presente. Para ello, estas personas sólo tienen que pulsar el botón de un pequeño medallón que llevan siempre consigo. Con este reglamento quedan reguladas las condiciones de acceso al servicio y el baremo a aplicar para poder recibir esta prestación. Con iniciativas como ésta se demuestra la sensibilidad social de nuestro partido, que sigue priorizando en su acción política a los sectores más débiles de la población. Lamentar de nuevo el discurso demagógico de la oposición que critica la reducción del gasto que no tiene más remedio que hacer nuestro gobierno regional, pero olvida que es donde ellos gobiernan, como ocurre en Andalucía, donde se producen los mayores recortes en gasto social, sanidad y educación.

Por otro lado compartimos como necesaria e idónea la propuesta del equipo de gobierno de solicitar a la Dirección General de Bienes Culturales de la Consejería de Cultura y Turismo de la Región de Murcia, la catalogación como patrimonio inmaterial de las aguas mineromedicinales de Alhama de Murcia, ya que además de nuestro castillo, el agua termal es probablemente la principal seña de identidad de nuestro municipio, pues no podemos olvidar que el origen de Alhama está ligado a los afloramientos de aguas termales, sin duda uno de los factores que mayor importancia han tenido a la hora de justificar la ocupación del lugar desde la antigüedad hasta nuestros días. Por eso nos parece acertada esta propuesta, solicitando que se incluyan y se cataloguen nuestras aguas mineromedicinales como patrimonio inmaterial, ya que esto supondrá garantizarnos su protección para que sigan siendo públicas indefinidamente.