Ayer domingo, 27 de octubre, Los Arejos vivió una importante jornada festiva y es que la ocasión bien lo merecía. Tras décadas sin tener un lugar específico donde ubicar la imagen del patrón y después de varios años en los que los vecinos se han encargado de darle cobijo en sus hogares, por fin, San Isidro Labrador cuenta ya con su propia hornacina, situada en la plaza central de esta pedanía aguileña.
El día se inició con una concurrida comida de hermandad, cuyos beneficios se han destinado a las fiestas que cada mes de mayo tienen lugar en Los Arejos, seguida de una misa oficiada por el párroco de San José, Manuel Amatriaín, en la que se bendijo la nueva hornacina de San Isidro.
El acto estuvo arropado por numerosos ciudadanos y diferentes autoridades locales, entre las que se encontraban los concejales de Sanidad, Agricultura y Educación, junto a otros miembros de la corporación municipal, así como por el alcalde pedáneo y el presidente de la asociación de vecinos.
El emotivo evento contó con las intervenciones de la edil de Sanidad, Ana María Miñarro, y de Juanita Carrasco, viuda de José Luis Muñoz, familia estrechamente ligada a Los Arejos y propietaria de la finca "El Garrobillico", en la que hace más de sesenta años se hallaba una pequeña ermita que acogía la imagen de San Isidro Labrador, según lo indicaba Luis Díaz, cronista oficial de la villa.
La jornada finalizó con un agradecimiento público a Josefina García y Félix Peñas, la primera por ser la encargada de cuidar la imagen del santo durante los últimos veinte años y el segundo por liderar el equipo de trabajo que se ha encargado de construir la nueva hornacina de San Isidro Labrador.