Murcia, 28 may (EFE).- Doscientos efectivos, a los que se sumará la III Brigada de la Unidad Militar de Emergencias, participan desde primera hora de hoy en un simulacro de un gran incendio en el parque regional de Sierra Espuña, al que asiste la consejera de Presidencia y Administraciones Públicas, María Pedro Reverte.
La directora del Plan Infomur de lucha contra los incendios forestales asiste al desarrollo del simulacro a las 10 horas, en el Área Base instalada en la 'Casa Rosa', de Alhama de Murcia, y junto a la consejera están los directores generales de Emergencias, Luis Gestoso; y de Patrimonio Natural y Biodiversidad, Pablo Fernández, así como el general adjunto de la UME, general de división Rogelio García de Dios.
El teléfono único de emergencias 1-1-2 informó a los medios de comunicación esta mañana que se había detectado el incendio forestal en Sierra Espuña.
En concreto, la garita del Turullón, situada en Alhama, detectó el fuego con el que se dio inicio a este ejercicio de simulacro para probar el operativo del plan Infomur en caso de un gran incendio como el ocurrido en el Noroeste de la Región, que arrasó en el verano de 1994 amplias zonas de Calasparra y Caravaca de la Cruz.
A las 13 horas del 4 de julio de aquel año se daban las primeras noticias de aquel gran incendio de dos frentes de 6 y 4 kilómetros en la sierra de Moratalla, cuya magnitud superó la capacidad operativa de los medios con los que disponía la Comunidad Autónoma, por lo que se requirió ayuda estatal, que desde hace pocos años cuenta con la citada unidad del Ejército.
En aquella ocasión se dio la circunstancia que el único hidroavión de Icona, con base en San Javier, estaba averiado. El incendio arrasó las primeras 30 horas 17.000 hectáreas y 700 personas se encontraban allí sin poder controlarlo, entre ellas 300 soldados de Lorca y de Infantería de Marina de Cartagena, así como tres hidroaviones "Catalina".
Otro problema añadido fue la mas importante sequía que vivió la Región en su historia y que dificultaba a esos hidroaviones su tarea. El 5 de julio fueron desalojadas 2.000 personas y casi 20.000 hectáreas ardieron.
La magnitud de aquel incendio la da un simple dato, el que unas lluvias torrenciales en septiembre arrastraron tal cantidad de cenizas que quedó afectado el suministro de agua potable. EFE