Las calles del centro de la ciudad de Murcia acogieron el sábado la primera edición de la campaña "Lectura Street" cuyo objetivo no era otro que difundir las actividades y servicios de Red Municipal de Bibliotecas de Murcia entre los ciudadanos del municipio de Murcia.
Con esta finalidad se pusieron a disposición de los asistentes una serie de iniciativas escogidas entre las que se llevan a cabo de manera habitual en las 17 bibliotecas de la RMBM. Una iniciativa pionera que se repetirá en los próximos meses en diferentes emplazamientos de la ciudad y sus pedanías.
Tres carpas con 50 sillas y numerosas estanterías con libros se convirtieron en el epicentro de esta nueva forma de disfrutar de la literatura al aire libre y de forma gratuita. También hubo cinco mesas para los aficionados del ajedrez y un escenario donde se llevaron a cabo diversas actuaciones o representaciones con títeres.
"Son muchas y muy variadas las actividades que nuestras bibliotecas ofrecen durante todo el curso, en el que además tenemos programación destinada tanto a menores, como a jóvenes y adultos, y una completa red de material literario o audiovisual a su alcance, por lo que debemos hacer un esfuerzo y llegar a aquellas personas que desconocen las posibilidades que el Ayuntamiento de Murcia les ofrece", explicó el responsable de Educación durante el transcurso de la actividad.
Pero además de las actividades realizadas hay que destacar el éxito que registró el recorrido literario-histórico que estuvo guiado por el Cronista Antonio Botías y el historiador Álvaro Hernández. La ruta comenzó en la plaza de Santo Domingo, donde se explicó la historia del entorno, sus palacios y la orden dominica, así como los misterios de la plaza del Romea, el teatro y su leyenda negra y otros edificios destacados.
En ese recorrido, las decenas de personas que les acompañaron, escucharon la importancia de la industria de la seda para el desarrollo de la urbe, la historia de los apellidos más ilustres y sus miembros más reconocidos y diversas leyendas que aún perduran en la ciudad, como es el caso del Callejón del Cabrito, la cadena de la capilla de Los Vélez y su esqueleto y el vuelo del demonio sobre la torre de la Catedral.